Pruebe la Escandinava con Dd6

 La verdad con esta defensa usted puede provocar una verdadera sorpresa a su rival, como recomendación las lecciones con el MI Andrew Martin le pueden ayudar a prepararse y ahorrar mucho tiempo.

Hoy quiero hablaros de una línea secundaria en la Escandinava (ya de por sí una defensa no muy empleada) que parece haber ido ganando protagonismo. Se trata de 3...Dd6, en lugar de la principal 3...Da5, tras las jugadas previas 1.e4 d5 2.exd5 Dxd5 3.Cc3.

Lo que me llamó la atención de esta jugada fue que comenzó a ser practicada por gente fuerte, lo cual me ha llevado a jugarla en alguna ocasión (sobre todo a ritmos rápidos). Uno de los artículos más actuales que podemos encontrar con esta línea está en el último “Secrets of Opening Surprises” (S.O.S), Volumen 6 (pp. 123-134), y es Sergey Tiviakov quien nos muestra algunos de sus secretos. Tiviakov es hoy en día el gran adalid de esta defensa, y nos cuenta que se fijó en 3...Dd6 a raíz de lo mal que se quedó contra ella en una partida que jugó de blancas contra Omar Almeida (Solsona, 2005). Desde entonces la ha incorporado de pleno a su repertorio y no se corta en plantearla en los torneos de elite.

Tiviakov, preparado para jugarte la Escandinava.

Es curiosa la profusión teórica que tiene esta línea últimamente. Nos la podemos encontrar en cualquiera de las publicaciones periódicas existentes en el mercado que se ocupan de la teoría de aperturas.

Tras 4.d4 Cf6 5.Cf3 alcanzamos el primer momento crítico, donde las negras tienen dos grandes jugadas para decidirse: 5...c6 y 5...a6. Esta última ha sido la que ha ganado fuerza. Este 5...a6 cumple dos objetivos: cubre “b5” de posibles ataques a la poco estable Dd6, pero no es una jugada meramente defensiva, ya que prepara la expansión negra b7-b5 para poder desarrollar el Ac8 por “b7”. Muy bien, pero las blancas tienen a su disposición un fuerte plan que, al menos a mí, me echaba un poco para atrás a la hora de jugar esto de negras: hablo de 6.g3, una dura maniobra que corta de raíz los planes negros. (Nota: en esta línea las negras quieren desarrollar su alfil de casillas blancas antes que el Af8).

Posición tras 6.g3

Cuál sería mi sorpresa cuando leo que nuestro héroe afirma en su artículo:

“Hasta hace poco el movimiento más peligroso para las negras se consideraba que era 6.g3. Pero he descubierto nuevas ideas, las cuales pueden encontrarse en las anotaciones a mis partidas contra Svidler y Al-Modiahki”.

Las partidas a las que se refiere son Svidler-Tiviakov (Olimpiada de Turin, 2006) y Al-Modiahki-Tiviakov (Amsterdam, 2006). Os las podéis descargar y así saber si Sergey tiene motivos para estar tranquilo. Las he analizado un poco, aunque ciertamente los análisis de Tiviakov en el libro son mucho más extensos. Fijaos en que a Svidler no se atreve a comerle el peón de “d4” y al otro sí, lo cual no deja de ser significativo.

En nuestra región el cuadro es muy interesante. Mientras que hasta 2003 la jugaba casi en exclusiva Ángel Carlos Menéndez Rubiera, a partir de ese año encontramos a fuertes ajedrecistas haciendo uso de ella. La lista de jugadores contrastados es larga, pero quien más la usa con diferencia es Luis Javier Vigil. Yo me fijé en ella después de vérsela jugar a Rodney Pérez, y no os extrañéis si jugando contra alguien de la Universidad de Oviedo os cae esta idea.

Los datos en Asturias son elocuentes: se jugó 45 veces, con un 53% para negras. Este es un porcentaje bárbaro para el segundo jugador, y seguro que las veces que se emplea a ritmos rápidos también tiene un gran éxito. Eso sí, aquí Tiviakov sí que viviría en paz y no necesitaría refutar nada, ya que en las 15 ocasiones en las que se alcanza la posición 1.e4 d5 2.exd5 Dxd5 3.Cc3 Dd6 4.d4 Cf6 5.Cf3 a6, ¡nadie ha jugado aún la crítica 6.g3! Se ha hecho la idea del g3 con otro orden (jugada 4 de las blancas), pero no en el que hoy hemos tratado. Quizás fuera porque aquí ya sabíamos que ese plan no da nada... Lo digo porque por estos lares he oído frases del tipo “yo la Caro-Kann la tengo refutada desde hace tiempo”.